Viajar ya no es solo visitar un destino. Para las nuevas generaciones, vacacionar es vivir una experiencia completa, auténtica y bien diseñada. Este cambio de mentalidad impacta directamente a industrias, especialmente el sector inmobiliario, que hoy responde a una demanda más exigente, impulsada por Millennials y Generación Z.
Ambos grupos tienen algo en común: priorizan las vivencias por encima de las posesiones. Según un estudio de Expedia, el 74% de estos viajeros prefiere gastar en experiencias únicas antes que en productos materiales. Esto obliga al sector inmobiliario a replantear su propuesta de valor, tanto en diseño, gestión, servicio y operación.
Alojarse dejó de ser una necesidad básica. Hoy, los viajeros buscan espacios con identidad, sostenibles, bien pensados, además de bien operados. Esto brinda una transformación del modelo inmobiliario tradicional hacia una estructura más flexible, enfocada en ofrecer vivencias memorables desde el alojamiento mismo.
En México, este fenómeno contribuye una derrama económica superior a los 15,000 millones de pesos solo en 2023, de tal manera, señala que la experiencia sí vende, pues los viajeros están dispuestos a pagar más si reciben calidad, personalización y eficiencia.
Este nuevo turismo ha elevado el estándar. Hoy no basta con ofrecer un espacio estéticamente atractivo. La verdadera ventaja competitiva está en cómo se gestiona cada detalle de la experiencia: es decir, iniciamos con el mantenimiento, personal, hasta la capacidad de escalar sin sacrificar calidad.
Ante este panorama, aquí es donde comprendemos que, la consultoría especializada cobre más relevancia que nunca. Las empresas del sector necesitan acompañamiento estratégico para adaptar sus modelos operativos a una demanda cada vez más dinámica, exigente y digital.
Una muestra clara del servicio de consultoría, la cual ayudó a detonar el crecimiento en este sector, es el caso de The Glam Homes, una firma inmobiliaria enfocada en diseño y hospitalidad. Con una operación en expansión, la empresa enfrentaba desafíos que limitaban su capacidad de escalar sin perder calidad.
A través de un proceso de consultoría con LDM, la comáñia rediseñó su estructura operativa, profesionalizó su equipo y optimizó sus procesos internos. El resultado fue una empresa más eficiente, más rentable y mejor preparada para responder a las expectativas del nuevo perfil de viajero con:
Este tipo de transformación es una respuesta directa al mercado actual: viajeros que exigen calidad, eficiencia y una experiencia integral desde el primer clic hasta el último día de estancia.
Hoy, el real estate no compite solo con diseño o ubicación. Compite con la capacidad de ofrecer experiencias memorables desde una operación bien pensada. Y ahí es donde la consultoría se vuelve un diferenciador clave.
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