El pasado 1ero de mayo marcó un hito para el entorno laboral en México. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que la jornada laboral se reducirá de 48 a 40 horas semanales. Esta transición, que se extenderá hasta 2030, exige que las organizaciones reevalúen cómo operan y cómo usan su tiempo. En sectores como la logística, donde cada minuto impacta directamente en la operación, el reto no es menor: ¿cómo mantener los niveles de servicio y productividad operando menos horas?
En vez de resistirse al cambio, las compañías más resilientes lo están viendo como una oportunidad para acelerar su transformación junto con sus colaboradores. No se trata centrarse en horas hombre, es mirar hacia redefinir la eficiencia.
Aquí, la tecnología juega un papel clave.
El reto de operar con menos tiempo disponible está obligando a muchas empresas a digitalizar sus procesos. Soluciones como un WMS (Warehouse Management System) permiten rediseñar operaciones logísticas, al distribuir mejor los recursos, automatizar tareas repetitivas y generar datos en tiempo real que permiten tomar decisiones más ágiles.
El impacto es tangible. Un ejemplo es el caso de Miniso, donde la implementación de un WMS en su centro de distribución permitió elevar su nivel de servicio a tienda de 79% a 99%, incrementar su productividad un 20% y reducir sus costos logísticos de 12% a 6.9% sobre el costo de venta. Resultados que demuestran que la eficiencia no depende de más horas, se trata de mejores herramientas y procesos.
“La pregunta ya no es si puedes permitirte invertir en tecnología, sino si puedes permitirte no hacerlo.”
La tecnología por sí sola no garantiza resultados. La experiencia en implementaciones de transformación digital demuestra que el factor determinante para el éxito es la preparación del capital humano.
Sin embargo, estos avances no se logran solo con software. El verdadero cambio ocurre cuando la tecnología se combina con una estrategia centrada en las personas. Capacitación, comunicación y liderazgo son factores tan críticos como la herramienta misma. Las empresas que preparan a su equipo humano para adaptarse a esta nueva realidad son las que logran transiciones exitosas y sostenibles.
La verdadera magnitud del cambio operativo aparece cuando las organizaciones dejan de aplicar soluciones aisladas y empiezan a combinar varias tecnologías para diagnosticar y optimizar todos los eslabones de la cadena de suministro. Cada avance revela nuevas áreas de mejora, pudiendo resolverse con una paleta de herramientas interconectadas y una estrategia de horas‑hombre que maximice el valor de cada minuto disponible.
En la cadena de suministro —desde el aprovisionamiento de materias primas hasta la entrega en la última milla— pueden identificarse oportunidades de optimización en:
Al aplicar una estrategia de horas‑hombre, donde cada etapa mide resultados en función del valor aportado y no del tiempo empleado, estas tecnologías, que ya son una realidad, permiten hacer en grande una operación más inteligente y escalable. Así, no solo se adapta la empresa a la nueva jornada laboral, sino que se construye un modelo operativo de vanguardia, capaz de responder con agilidad a cualquier reto.
Mantente actualizado con los temas más interesantes en Consultoría y Cadena de suministro.